Apoyo Pedagógico 7º
Grado
Prácticas del Lenguaje: El Diario de “Anna Frank”. La
importancia del “Anexo”.
Viernes 20 de agosto de 1943
Querida Kitty.
A las cinco y media en punto, los hombres dejan el depósito para volver a sus
casas. Eso significa para nosotros la libertad. Cinco y media: Llega Elli,
quien nos anuncia que todo está en orden. Comenzamos a movernos. Subo con Elli
a casa de los Van Daan, para darle su parte de nuestro postre de la noche. Aún
no ha tenido tiempo de sentarse, y ya tiene que prestar atención a los deseos
de la señora: -Querida Elli, me gustaría... Elli me mira rápidamente sabiendo
que la señora no pierde ocasión de expresar sus deseos a todo el que se
presenta sea quien fuere. Sin duda, por eso todos se abstienen, en lo posible,
de ir hasta su alojamiento. Un cuarto para las seis. Partida de Elli. Bajo dos
pisos, paso por la cocina para trasladarme a la oficina privada, y luego al
depósito de carbón; abro la puertecita por la cual Mouschi acecha a los
ratones. Mi gira de inspección me lleva al escritorio de Kraler. Van Daan abre
cajones y ficheros para inspeccionar la correspondencia del día. Peter se
encarga de la llave del depósito y de Mouschi. Pim sube a nuestra casa la
máquina de escribir, Margot busca un sitio tranquilo para liquidar su trabajo
de oficina, la señora pone el agua sobre el gas y mamá se acerca con las
patatas. Todo el mundo tiene asignada una tarea. Peter no tarda en volver del depósito
y pregunta dónde está el pan. Generalmente, ha sido colocado en el armario de
la cocina. Hoy no. ¿Se habrán olvidado del pan? Peter se ofrece a buscarlo en
el escritorio del frente. Antes de entrar en él, se pone en cuatro patas para
no ser visto desde afuera, avanza hasta el armario de acero, donde, en efecto,
ve el pan, se apodera de él y da media vuelta; pero antes de que pueda salir,
Mouschi ha saltado por sobre su espalda, instalándose debajo del escritorio.
Peter juega al escondite con el gato, y por fin logra atraparlo por la cola.
Mouschi resopla, Peter suspira. Ya lo tiene... No.
Mouschi huye y
se instala junto a la ventana para lamerse muy complacido, contento de haber
escapado de su amo; como último recurso, éste le tiende un trozo de pan, Mouschi
no se deja seducir, y la puerta se cierra detrás de Peter. He seguido esta
escenita desde la puerta entornada. El trabajo prosigue. Tic, tic, tic...
Llaman tres veces. Es hora de ir a la mesa. Tuya, ANA
Lunes 23 de
agosto de 1943
Querida Kitty: Continuaré
con el tema del horario en el anexo. Por la mañana, a las ocho y media en
punto, mamá y Margot llaman la atención de Pim. -¡Chis!... ¡papá, silencio!
-¡pim, chis!... Son las ocho y media. Ven aquí, no dejes correr el agua, camina
despacio. Y otras exclamaciones semejantes para papá, que está en el cuarto de
baño. Debe volver a su habitación a las ocho y media en punto. Todos los grifos
son cerrados, la descarga del W.C. está prohibida. Nada de ruido, es la
consigna. Hasta que no llega el personal de oficina; los hombres del depósito
pueden oírnos en el silencio de los locales vacíos. A las ocho y veinte, tres
golpecitos en nuestro techo anuncian que Ana puede ir a buscar su sopa de avena
a la cocina. Bien, ya está preparado mi plato de potaje. Subo a buscarlo. De
regreso a mi cuarto, tengo que
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darme prisa,
peinarme ligero, no hablar más, reponer la cama en su lugar. Silencio, es la
hora. La señora se pone sus zapatillas, el señor también; todos los ruidos son
ahogados. Ahora comienza nuestra vida en familia. Yo me dedico a mis lecciones
o aparento hacerlo; Margot, otro tanto; papá se instala con su Dickens,
naturalmente, y un diccionario sobre el borde de la cama desfondada y gimiente,
cuyos colchones no merecen ya ni ese nombre; dos almohadas pueden también ser
útiles, pero papá las rechaza enérgicamente: -¡No las quiero! Enfrascado en su
lectura, no mira a nadie; se ríe de vez en cuando y, a veces, quiere obligar a
mamá a escuchar una anécdota. Respuesta: -No tengo tiempo. Se muestra
decepcionado por espacio de un segundo, y luego sigue leyendo; un instante
después, impresionado por un párrafo divertido, hace una nueva tentativa: -Lee
esto, madre. No es largo. Mamá está siempre instalada en el diván, leyendo,
cosiendo, tejiendo, o estudiando, según los días. Le sucede que se acuerda
bruscamente de algo, y dice de prisa: -Ana, acuérdate... Margot, ¿quieres
anotar?... Nuevo silencio, Margot cierra repentinamente su libro, papá arquea
las cejas por un momento, luego reaparece la arruga de su frente, y vuelve a
sumirse en su lectura; mamá empieza a parlotear con Margot; yo, por mi parte,
escucho, porque soy curiosa. Pim se ve envuelto en la discusión. ¡Son las
nueve! ¡Desayuno! Tuya, ANA
Viernes 10 de
septiembre de 1943
Querida Kitty:
Cada vez que me siento a escribir, algo especial ha ocurrido; pero se trata
casi siempre de una cosa desagradable. Hoy sucede algo maravilloso. El
miércoles 8 de septiembre, a la noche, la transmisión de las siete nos anunció:
Here follows the best news of the whole war. ¡Italy has capitulated! ¡Italia ha
capitulado sin condiciones! A las ocho y cuarto escuchamos el programa holandés
transmitido desde Inglaterra: «Holandeses, hace una hora, acababa yo de
terminar mi crónica diaria, cuando recibimos la espléndida noticia de la
capitulación de Italia. Puedo aseguraros que nunca he roto mis notas con tanto
placer». Tocaron God Save the King, el himno inglés, el himno norteamericano y
La Internacional. Como siempre el programa holandés que se transmite desde
Inglaterra ha sido muy alentador, aunque no muestre demasiado optimismo. Sin
embargo, no todo es color de rosa entre nosotros. El señor Koophuis está
enfermo. Ya te he dicho cuánto lo queremos todos; nunca se siente bien, sufre
mucho, debe comer y moverse lo menos posible, y, a pesar de todo eso, siempre
está de buen humor y demuestra un coraje admirable. Mamá tiene razón al decir:
«El sol brilla cuando el señor Koophuis entra en nuestra casa». Pues bien,
acaban de trasladarlo al hospital, donde tiene que soportar una grave operación
intestinal. Tendrá que quedarse allí por lo menos cuatro semanas. Si hubieras
visto de qué manera se despidió de nosotros... como si saliera para dar un
paseo. Es la sencillez en persona. Tuya, ANA
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Ÿ De acuerdo
con el texto ofrecido, respondé….
A)
¿A qué le denomina Anna “el anexo” y en qué se fundamenta
su relevancia o importancia?
B)
¿Cómo lo describirías de acuerdo con lo que va relatando?
C)
¿Qué significa para Anna, que “los hombres a las cinco y
media dejan el depósito para ir a sus casas”?
D)
¿Qué sucede con los horarios, las rutinas?
¡Abrazos y saludos!! J Recuerden enviar sus
producciones al mail
marialauramajul@gmail.com